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El ratoncito Pérez

¿A qué niño no le hace ilusión el botín luego de la caída de los primeros dientes? Esta es una bonita tradición llena de magia para los niños, con el ritual de colocar su dientecito bajo la almohada y con la esperanza que mientras duerme el Ratoncito Pérez le dejará un bonito regalo para festejar la caída.

El cuento del Ratoncito Pérez se inventó como una forma de mitigar el trauma y el dolor que produce la caída de un diente. Este personaje fantástico se conoce como el Ratoncito Pérez, mientras que en otras latitudes se le llama el Hada de los Dientes a aquel personaje que toma el diente caído y lo transforma en un bonito obsequio.

Acá te dejamos este bonito cuento del ratoncito Pérez, el ratón de los dientes para leerle a tus hijos. Uno de los cuentos tradicionales para niños de todas las edades, ideal para cuando están en el momento de la perdida de los dientes.

El cuento de ratoncito Pérez

Esta es la historia de Pepito Pérez el ratón de los dientes, un pequeño ratoncito de ciudad. El vivía con su familia en la pared de un edificio entre el departamento 1A y el 2B, su casa no era muy grande sino más bien era un pequeño agujero pero igual era bastante cómodo. Su familia no tenía mucho dinero pero se querían mucho y no les faltaba la comida. Ellos vivían arriba de una panadería, en las que por las noches Pepito Pérez y su padre visitaban para buscar harina y otras cosas para comer.

Fue un día que Pepito Pérez un escuchó un gran alboroto en la casa de arriba de su casa. Y como era un ratón muy curioso trepó por las cañerías. Cuando llego se sorprendió vio un montón de aparatos raros, unos flores, cuadros, unos sillones y una computadora. Parecía que tenía nuevos vecinos que tenían unas herramientas muy raras

Al día siguiente Pepito Pérez volvió a subir a ver quiénes eran, porque tenía curiosidad de saber que era todo eso y para que se usaba; asi descubrió que en el piso de arriba habían una clínica dental.

Cuando comprendió para que servía todo eso, Pepito Pérez se entusiasmó y pensó:

 quiero ser dentista.

El ratón de los dientes

Fue así que subía todos los días a estudiar todo lo que hacía el doctor, todos los detalles. Y el aprendía, y anotaba las cosas más importantes en una pequeña libreta de cartón que les había regalado su mamá

Pepito Pérez era un muy buen estudiante y  sabía que tenía que practicar, así que cada noche después de estudiar en la clínica dental practicaba  con su familia lo que había aprendido. A su madre le dejo los dientes muy limpios, a su padre le curó un dolor que tenía en una muela, y a su hermanita le saco un pedazo de queso que le había quedado clavado en un diente.

Así fue que el ratoncito Pérez ayudando y curando los problemas de los dientes de los demás ratones se fue haciendo famoso, y como no iba a ser famoso ¡si era el único ratoncito dentista!

Se hizo tan famoso que venían ratones de todas partes de la ciudad para que los curara. Más tarde, su fama fue más lejos y hasta los ratones de campo venían con una bolsa llena de comida para él, ratoncitos pequeños, gordos, flacos y hasta los ratones grises de ciudad con sombrero y bastón. Así fue que si hizo conocido como el ratón de los dientes.

Todos querían que el ratoncito Pérez les revisara y curara la boca pues los dientes son muy importantes para los ratones.

Fue así que empezaron a venir ratones más viejitos con un gran  problema, y es que no tenían dientes y ellos querían comer todo lo que no comían desde que eran jóvenes: turrón, nueces, almendras, y granos.

El ratoncito Pérez quería ayudar a los ratones sin dientes pero no sabía cómo, así que pensó y pensó que podía hacer.  Cuando tenía una duda, el ratoncito Pérez subía a la clínica dental a mirar. Entonces, hizo como siempre subió y allí vio como el doctor le ponía unos dientes a un anciano.

Entonces el ratoncito Pérez  pensó:

¡Interesante! ¡Esa es la solución! Tengo que conseguir dientes.

Pero esos dientes que ponía el doctor los hacían en una gran fábrica para dentistas, eran enormes y no le servían para nada.

Entonces, pasaron unos días y no encontraba la solución, hasta que un día apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño tenía un diente de leche, y debajo de esos dientes le crecía otro diente fuerte y grande. Y escucho: “Señora hay que esperar que se le caiga el diente de leche, porque abajo le está saliendo un diente nuevo”

Entonces, el ratoncito Pérez encontró la solución y se dijo:

Ese niño no necesitara más el diente. Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente cuando se le caiga.

Fue así que el ratoncito Pérez, lo siguió hasta su casa.

Día a día lo iba a visitar a la espera a que se le cayera el diente al niño y ya no lo usará más. Una semana más tarde sucedió, el diente de leche se desprendió, entonces el ratoncito Pérez esperó a que todos se durmieran y entró a la habitación del niño.  Al ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo dio con él.

El niño lo había dejado debajo de la almohada porque se había quedado dormido mirándolo. Entonces el ratoncito Pérez le dejó al niño un bonito regalo como pago por el diente.

El ratoncito Perez con el diente de leche
El ratoncito Perez con el diente de leche

A la mañana siguiente el niño busco el diente y para su sorpresa se encontró con el regalo. Y como sabemos a todos los niños les encantan los regalos así que pronto corrió contárselo a todos sus amigos del colegio.

Y fue así que a partir de ese día, todos los niños dejaron sus dientes de leche debajo de la almohada para que el ratoncito Pérez lo pase a buscar y les deje a cambio un bonito regalo. Y esa es la historia, del ratoncito perez, el raton de los dientes, y de porque desaparecen los dientes de leche cuando los dejas debajo de la almohada.

¡Este fue el cuento del ratoncito Pérez !

¡Esperamos que te haya gustado, comenta que has aprendido con el cuento!

2 comentarios en «El ratoncito Pérez»

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